Se han desarrollado estudios de biodegradabilidad de nonilfenol, mediante los cuales se ha demostrado que este compuesto tóxico, una vez disuelto en la fase acuosa, puede ser perjudicial para la salud de los peces e incluso del ser humano, ya que este compuesto interfiere con el sistema endocrino de los seres vivos, incluido el ser humano, causando disrupción endocrina, es decir, alteración del sistema endocrino con efectos directos sobre la sexualidad de las especies, tales como, feminización de peces machos en truchas con altas concentraciones de NPEs. Ante esta situación la Unión Europea ha prohibido los NPEs en los productos de limpieza y desinfección desde el 2005.